top of page

FESTIVIDADES

Las festividades, conmemoraciones y acontecimientos más importantes para los católicos, y la fecha que les corresponde en el año.

____________________________________________________________________________________

INDICE

- «Se le puso el nombre de Jesús»

- La Santa Cruz

- San José, Obrero

- La Anunciación del Señor

- Señor San José

- La Sagrada Familia Jesús, María y José

- El Bautismo del Señor 

- Presentación del Señor

- La Ascensión del Señor 

- La venida del Espíritu Santo

- Pentecostés

- Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

- La Santísima Trinidad

- El Cuerpo y la Sangre de Cristo

- Solemnidad de Corpus Christi

- El Sagrado Corazón de Jesús

- El Corazón Inmaculado de María

- Transfiguración del Señor

- Asunción de la Santísima Virgen María

- Santísimo Nombre de María

- Solemnidad de Todos los Santos

 

- Los santos inocentes, mártires


- Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
 

thiglesia.jpg
FESTIVIDADES 1.jpg

«Se le puso el nombre de Jesús»

El 3 de enero en el ciclo de Navidad, celebramos el Nombre de Jesús. La veneración surgió en el Siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos difundieron esta devoción: «Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, suplicado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, dado al llegar la plenitud de la gracia» San Bernardino

San Juan Pablo II restableció esta celebración en el misal romano en este día y los Jesuitas celebran el título de su “Compañía de Jesús”

Dios es especial: Él, por su infinita perfección está por encima de todo y de todos, está por encima de todo nombre, Fil 2,9; es el Inefable, el Innombrable… por su infinita Misericordia, se ha inclinado hacia el hombre, y ha aceptado ponerse un “nombre propio”. La primera revelación de su nombre la hizo en el desierto cuando Moisés le pidió: «’Cuando me pregunten cuál es tu nombre, ¿qué tengo que decirles?’. Dios le dijo a Moisés: ‘Yo soy el que soy’» Ex 3, 13-14. Mientras que nosotros tenemos que decir que “soy hombre”, “soy mujer”, “soy arquitecto”… Dios simplemente “ES”. Por tanto, podríamos decir que “Yo soy el que soy” es el nombre filosófico que se adapta de alguna manera a Dios. 

Dios Hijo se ha encarnado para salvarnos: Él es perfecto Dios y perfecto hombre. Y, como tal, sus padres «le pusieron el nombre de Jesús» Lc 2,21. “Jeshua” significa “Dios es salvación”. He aquí un Nombre —el Santísimo Nombre de Jesús— que merece toda la veneración y total respeto. Así lo indica el segundo mandamiento de la Ley de Dios… Y así nos lo enseñó el propio Jesús: «Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre…»

El ciclo SANTORAL en: evangeli.net

FESTIVIDADES 2.jpg

La Santa Cruz

Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero, la fiesta del hallazgo de la Santa Cruz el día 3 de Mayo. México es uno de los lugares donde tiene más arraigo la celebración de la Santa Cruz, llamada también las «Cruces de mayo»; es una de las fiestas dentro del rito romano para festejar el culto a la Cruz de Cristo. Católica-mente es el nombre litúrgico y oficial.

La Iglesia ha dedicado dos fechas a celebrar la Santa Cruz: el 3 de mayo y el 14 de septiembre, intercambiando entre ellas los títulos y motivos. En la segunda, rememorando que el 14 de septiembre del año 320 Santa Elena halló la Cruz en Jerusalén, celebramos ahora «La exaltación de la Santa Cruz». La del 3 de mayo, que permanece en la tradición popular aunque no tenga celebración litúrgica, recuerda también hechos históricos. 

En mayo del año 614, Cosroes, Rey de los persas, saqueó Jerusalén y se llevó la Cruz a su país. El emperador Heraclio derrotó a los persas, recuperó la Cruz y la entregó solemnemente al patriarca de Jerusalén el 3 de mayo del año 630. Esta recuperación llenó de entusiasmo a la Iglesia y particularmente a los latinos, que no tardaron en celebrar la fiesta de la Santa Cruz en esta última fecha.

FEST 3.jpg

San José, Obrero 

San José Obrero, esposo de la Santísima Virgen María, el artesano de Nazaret, bajo cuya tutela vivió y se inició en el trabajo y en el mundo social Jesús, llamado por sus conciudadanos “El Hijo del carpintero” patrono de los obreros. 

San José, hombre sencillo de pueblo, nos da el ejemplo de una vida honesta y laboriosa, ganándose el pan con el sudor de su frente, para él y para los a él confiados, por los servicios prestados a su prójimo. San José ennobleció el trabajo, que ejerció sostenido y alentado por la convivencia con Jesús y María 

La fiesta la estableció el Papa Pío XII en 1955 y quiere ser una catequesis sobre el significado del trabajo humano a la luz de la fe. 

San Juan Pablo II, dejo la enseñanza que los hombres descubran pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.

El 1º de mayo es el Día Mundial de Trabajo que coincide con la fiesta de San José Obrero

FEST 4.jpg

La Anunciación del Señor 

Fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó, pero al ángel añadió: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo». María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios». Entonces María dijo: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». San Juan cierra así la escena: «Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros»

 

Solemnidad el 25 de marzo

Fuente: Santoral Franciscano

FEST 5 SAN JOSE.jpg

Señor San José 

Señor San José nació probablemente en Belén, la ciudad de David, del que era descendiente, aunque al inicio de la historia de los Evangelios San José vivía en Nazaret.

San José desempeñó un papel esencial en el plan reconciliador de Dios, al encomendársele el privilegio y la gran responsabilidad de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y el custodio de la Sagrada Familia. Es el santo más próximo a la Virgen María y a Jesús.

De acuerdo con los Evangelios de San Marcos y de San Mateo, que son las escasas fuentes que lo mencionan, San José ejercía el oficio de carpintero.

Cuando se realizó un censo de población en la antigua Palestina, San José acudió a Belén con su esposa María, que estaba encinta. Ahí nace el Niño Jesús, y ahí recibe San José, como cabeza de la familia, a los humildes pastores y a los reyes magos.

La persecución desatada por el rey Herodes obliga a la Sagrada Familia a huir a Egipto. En todo momento, los testimonios nos muestran a San José siempre a la altura de la sagrada misión que Dios le asignó.

El Papa Pío IX lo declaró Patrono Universal de la Iglesia en 1870, y San Juan XXIII incluyó su nombre en la celebración de la Santa Misa. 

San José es el santo patrono de los carpinteros, de los padres de familia y se le festeja el 19 de marzo

FESTIV 6 SAGRADA.png

La Sagrada Familia Jesús, María y José

Gran Fiesta, tan grande como la alegría de Dios al ver en su infinita sabiduría que su Hijo, Jesús, nacería en el seno de una Familia, y que familia más digna para El que el seno Virginal de María Santísima, - la llena de gracia- y del Casto San José, humilde, sencillo trabajador, y un hombre que vivió bajo la hermosa diligencia del silencio y la oración ante Dios Padre, de manera que Jesús vino a este mundo feliz, porque sus padres terrenales con sus cualidades y virtudes llenaban el pesebre, alegrémonos con Dios Padre y vivamos felices de que así como Jesús tuvo una Familia, cada uno de nosotros al tener una familia debemos sentirnos felices, alegres y llenos de alegría en una eterna gratitud a Dios Padre.

 

Oremos por todas y cada una de las familias del mundo entero, sobre todo por aquellas que viven en situaciones difíciles, para que busquen en Jesús Niño, la paz que necesitan sus corazones, así sea.


Padre Eugenio García Siller, O.S.B.

 

FEST EL BAUTISMO.jpg

El Bautismo del Señor

Celebramos el Bautismo de Jesús, día muy especial, por qué?, porque Jesús el Hijo Unigénito del Padre, Santísimo, Divinísimo, que en su naturaleza humana es totalmente Dios y totalmente humano, menos en el pecado.

Cómo puede ser que el Verbo Divino bajado del cielo a nuestra condición humana, pueda recibir ante los hombres un bautismo que tenía en la comunidad de aquel entonces, el beneficio de - quitar - el pecado y hacer que Dios viviera en él.

Jesús acepta ser bautizado por su primo Juan en las orillas del Río Jordán por el simple hecho de dejarnos ejemplo a seguir, en primer lugar santifica el agua de aquel lugar ya que donde comenzaba el brote del Río Jordán era utilizado antes para hacer las fiestas y orgías paganas pues ahora Jesús, con su presencia en el río Jordán, santifica las agua, y le da otro sentido a ese lugar en particular.

En segundo lugar, muestra humildad ante su primo Juan, y le pide ser Bautizado para que todos sin excepción busquemos siempre, la vida en cualquiera de sus formas, y el bautismo es la entrada para todos a la gran familia de Dios, nos hacemos hermanos con Jesús y movidos por el Espíritu Santo, salimos al mundo a dar prueba de nuestra FE ante los demás.

Estando Juan bautizando a Jesús se oye una voz de arriba en lo alto que dice:- Este es mi hijo amado, en quien me complazco-

El bautismo de Jesús nos ayuda a tener muy en claro que la única manera de salvarnos es lavando nuestros pecado en la fuente inagotable de perdón que es primero el bautismo como tal y después la hermosa práctica de la confesión y recibir del Ministro de Jesús, la tan anhelada bendición y por ende el perdón de nuestros pecados.

Gracias Jesús por dejarte bautizar en el Jordán por tu primo Juan.

Gracias Jesús por dejarnos un gran ejemplo de la limpieza y claridad con la que debemos vivir todos los que queremos alcanzar la vida eterna.

Gracias porque a través de tus Ministros los Sacerdotes, nos perdonas los pecados devolviéndonos la gracia que habíamos perdido por el pecado o los pecados cometidos.

Felicidades Jesús, Hermano nuestro, que nos motivas con una gran humildad a dejarnos guiar por tus sucesores y así nos conduces a tu Reino de Paz y Vida.

Felicidades a todos que se unen a nuestra alegría en esta fiesta del Bautismo de Jesús.

Padre Eugenio García Siller, O.S.B.

FEST 7.jpg

Presentación del Señor

Cuarenta días después del nacimiento del Niño Jesús, María y José llevaron al Niño al Templo, a fin de presentarlo al Señor, según la ley de Moisés. Ex 13, 11-13

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al Niño Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Lc 2,22-40 

El Niño Jesús es presentado al Templo:
 

https://www.youtube.com/watch?v=HwfS9cE03C4

El acontecimiento se celebra en la liturgia el día 2 de febrero, con una fiesta que es al mismo tiempo de María y del Señor...
 

https://www.youtube.com/watch?v=frqrxtCzTeA

FEST 8.jpg

La Ascensión del Señor

A los cuarenta días después de la Resurrección habiendo instruido a sus Apóstoles sobre la nobilísima misión de establecer el Reino de Dios en el mundo, Jesús iba a subir al cielo, donde le esperaban las glorias celestiales. Bendijo a su querida Madre, a los Apóstoles y discípulos y se despidió de ellos. Una nube lo ocultó de sus miradas.

Al situarse junto al Padre, toda la corte celestial entonó un himno glorioso de alabanza, como el que oyó Juan en sus visiones: "Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, la honra, la gloria y la alabanza" Ap 5, 12

Jesús entró en los cielos para tomar posesión de su gloria. Mientras estaba en la tierra, gustaba siempre de la visión de Dios; pero únicamente en la Transfiguración se manifestó la gloria de su Humanidad Sacratísima, que, por la Ascensión, se colocó al lado del Padre celestial y quedó ensalzada sobre toda criatura humana.

La noche antes de morir oraba Jesús al Padre diciendo: "Te he glorificado en la tierra, cumpliendo la obra que me habías encargado. Ahora tu, Padre, dame junto a ti la misma Gloria que tenía a tu lado desde antes que comenzara el mundo" Jn 17, 4

Por estar unida al Verbo Divino, que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, la Humanidad de Jesús disfruta del derecho a la gloria eterna. Comparte con el Padre la infinita felicidad y poder de Dios. Justa recompensa por todo lo que hizo y mereció en la tierra. Humanidad elevada al Cielo por encima de toda criatura, porque en la tierra por debajo de todo se humilló.

Cuando acabe la lucha en esta vida, Jesús nos dará la gracia de compartir eternamente el gozo de su victoria.

Jesús subió a los cielos para ser nuestro Mediador ante el Padre. Allí está intercediendo por nosotros. Subió para rendir cuentas al Padre celestial de la gran obra que había acabado en la tierra. La Iglesia nació, la gracia brota en abundancia de su Cruz en el Calvario y se distribuye por los Sacramentos, la duda de justicia es pagada, la muerte y el infierno son vencidos, el Cielo es abierto y el hombre es puesto en el camino de salvación. Jesús merecía este glorioso recibimiento, al regresar a su hogar.

La Ascensión, además, es garantía de nuestra propia subida al Cielo, después del Juicio de Dios. Fue a prepararnos sitio en su Reino y prometió volver para llevarnos con Él.

Vayamos en espíritu con Jesús al Cielo y moremos allí. Sea esta nuestra aspiración ahora en fe, esperanza en caridad. Busquemos solamente los gozos verdaderos.


Fuente: EWTN

FEST 9 LA VENIDA.jpg

La venida del Espíritu Santo

Hermosa la fiesta que llamamos Pentecostés.

Jesús, después de Resucitar, dice a sus discípulos que no los dejará solos, que aún cuando El deba de irse al Padre, le enviará al Paráclito, al Consolador, para que los cuide y proteja, y además insiste, Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. 

Jesús, no ha visto suficiente el hacerse hombre, el vivir como los hombres y ser en todo semejante a nosotros menos en el pecado, experimentando el dolor, el sufrimiento, el abandono, el desamor de los que ha amado, sino que va mas allá, no quiere dejarnos solos y para ello promete enviarnos al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, y afirmamos que es el Amor en Plenitud, ya que cuando el Padre exhala su amor a su Hijo Jesús y Jesús unifica su amor al Padre, de la esencia de ese amor, Perfecto, Puro, Eterno, brota el amor por excelencia que es el Espíritu Santo, de manera que hoy por hoy aún cuando si hemos escuchado hablar de El, del Espíritu Santo, necesitamos practicar nuestro amor a El, y pedir su Amor hacia nosotros, ya que El, siendo el Dador de todo Don, tiende a brindarnos sus siete Dones de Amor.

Seamos humildes y pidamos derrame sobre todos nosotros sus siete Dones Sagrados, para con ellos perfeccionar nuestro diario vivir y así transformarnos día con día más en lo que Jesús desea de nosotros.

No dejemos de invocarlo, de tenerlo con nosotros y de dejarnos amar por El, ya que siendo el Amor en Plenitud, quiere estar más cercano a nosotros mas como Jesús, es respetuoso y vendrá si nosotros lo invocamos, lo pedimos, lo imploramos.

Ven a Reinar Espíritu de Amor
Ven Amor, dulce Amor
A inflamar al mundo el precio del dolor.
Ser de Jesús es toda mi ambición
Uneme a El, Espíritu Divino
Quiero ser Cruz, para atraerlo a mí
Y con Jesús Vivir crucificado

Padre Eugenio García Siller

.

FEST 10 PENTECOSTES.jpg

Pentecostés 

​Con la celebración de la fiesta de Pentecostés, con ella terminamos el tiempo de Pascua y volvemos al llamado litúrgicamente Tiempo Ordinario. Pero para el que ha pasado "internamente" por la experiencia de la Pasión y la Pascua, ya nada puede tener de ordinario el día a día.

Cada día es una nueva oportunidad de encuentro con Jesús Resucitado, que vive en el mundo, que trabaja junto a nosotros y con nosotros en hacer real el Reino de Dios.

En esta fiesta de Pentecostés recordamos que esta tarea que tenemos por delante de transformar el mundo, no es algo que dependa de mis fuerzas. Nada podré hacer si no me dejo primero transformar por el Espíritu Santo que recibo de Dios y que me habita. Si no dejo que sea él quien actúe a través de mí. Si no dejo que sea él mi fuerza y mi ánimo.

No es un trabajo fácil. Quizá hoy en pleno Siglo XXI el asumir que algo no depende de mí sea una de las tareas que más nos cuesta. Asumir con humildad que no va a ser mi dedicación, mi trabajo o mi esfuerzo lo que cambien mi vida o el mundo. Que sólo si escucho y dejo actuar al Espíritu que Dios me envía estaré realmente ayudando a dar forma al Reino de Dios. Y sobre todo, será entonces cuando podré ser testimonio para otros de lo que significa ser cristiano y les podré transmitir la verdadera alegría que me llena.

“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo” Hechos 2,1-4

 

fest 11.jpg

Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

El primer jueves después de Pentecostés celebramos la festividad litúrgica de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.

Vivimos momentos de pasión de la Iglesia. Se exhibe en picota la infidelidad y aberraciones de unos ministros- ¿infiltrados? ¿vividores?- indignos, como paradigma generalizado y abominable del sacerdocio, que es excelso porque encarna en la tierra al mismo Cristo. Decía, admirado, Pedro de Blois: «Dios, que no ha querido tener ningún cooperador en la obra de la Creación, quiere tenerlo en la obra de la Redención». Y este coadjutor es el sacerdote.

Esta festividad sacrosanta ha de ser para todos los católicos un día intensamente sacerdotal. Un día para amar el sacerdocio de Jesucristo prolongado en sus ministros. Para agradecer a Cristo este don inestimable. Ha de ser una jornada de santidad sacerdotal que nos reúna a todos: pastores y seglares, con un solo corazón y una sola alma, para pedir muchos y santos sacerdotes.

Y ha de ser un día para agradecer a los sacerdotes su entrega absoluta. El sacerdote actúa en la persona de Cristo... Perdona con el perdón de Dios, lleva su Palabra que se encarna en su propia palabra, perpetúa la presencia real de Cristo entre nosotros... Si a veces nos defrauda su insuficiencia personal, pensemos que a Dios no le ha estorbado. Consideremos el peso de la dignidad divina que lleva dentro. Y ¡cuántas veces no habremos ayudado a tal o cual sacerdote a superarse! ¡Cuántas lo habremos hundido más aún en el aislamiento, con la incomprensión y la maledicencia!

Es momento de hablar con valentía de la vida sacerdotal como de un valor inestimable y una forma de vida espléndida y privilegiada, porque se funda en la Palabra irrevocable de Dios. Porque el sacerdote está al servicio de todos los hombres. Y porque -parafraseando al cardenal Juan M. Lustiger- su acción no tiene por límite su propia capacidad de obrar, sino que se inscribe en la acción de Dios que obra a través de él.

Querríamos hacer llegar a todos los sacerdotes del mundo el testimonio de nuestro apoyo, de nuestra solidaridad, de nuestro amor... A todos les decimos: ¡Gracias, queridos sacerdotes!

fest 12 trinidad.jpg

La Santísima Trinidad 

La celebración del día de la Santísima Trinidad, es el domingo siguiente de Pentecostés.

El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, es el misterio de Dios en Sí mismo.

Los Apóstoles, después de la Resurrección de Jesús, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre, y que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés.

* En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe.

* En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.

* En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.

Al persignarnos recordamos y repetimos: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.

Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para salvarnos y es un Dogma de fe.

 

fest 14 cuerpo.jpg

El Cuerpo y la Sangre de Cristo 

El Cuerpo de Cristo, en latín Corpus Christi, es una fiesta de la Iglesia Católica para celebrar la Eucaristía.

Su finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. La celebración se lleva a cabo el jueves posterior a la Solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés. Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección.

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

La Eucaristía es el regalo más grande que Jesucristo nos ha dado, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión. Conmemora la institución de la Santa Eucaristía el Jueves Santo con el fin de tributarle a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, amor y gratitud.

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al Siglo XIII. S. S. Urbano IV, devoto de la Eucaristía, publicó La Bula: “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi”, otorgando indulgencias a los fieles que asistieran a la Santa Misa.

En el Concilio General de Viena en 1311, S. S. el Papa Clemente V, ordenó una vez más la festividad y publicó un nuevo decreto incorporando el de S. S. Urbano IV. Su Santidad Juan XXII, pidió que se realizara esta celebración.

Los decretos no hablan de la procesión con el Santísimo como celebración. Estas procesiones tienen indulgencias por los Pontífices: Martín V y Eugenio IV y se hicieron tradición en el Siglo XIV.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. Los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. San. Juan Pablo II, exhorto a que se renueve la costumbre de honrar a Jesús en este día llevándolo en solemnes procesiones.

Esta solemnidad nos invita a adorar la presencia sacramental de Jesús en el Sagrario, nos lleva a reflexionar sobre el valor de la Celebración Eucarística y a vivir de acuerdo con la doctrina de Cristo y su acción salvadora.

 

fest 15 festuividad corpus.jpg

Solemnidad de Corpus Christi 

La solemnidad de Corpus Christi, se celebra desde el Siglo XIII.

En el año 1264 un sacerdote procedente de la Bohemia, Pedro de Praga, dudoso sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Hostia santa y en el vino consagrado, acudió en peregrinación a Roma para invocar sobre la tumba del apóstol san Pedro el robustecimiento de su fe. Al volver de la Ciudad Eterna, se detuvo en Bolsena y, mientras celebraba el santo Sacrificio de la Misa en la cripta de santa Cristina, la Sagrada Hostia comenzó a destilar sangre hasta quedar el corporal completamente mojado. La noticia llegó hasta los oídos del Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, una población cercana a Bolsena. Impresionado por la majestuosidad del acontecimiento, ordenó que el sagrado lino fuese transportado a Orvieto y comprobado el milagro, instituyó enseguida la celebración de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

 

fest 16 safeado.jpg

El Sagrado Corazón de Jesús

Todos los viernes en especial el viernes primero de cada mes está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

Para San Juan Pablo II, “el Corazón de Cristo reinará, cuando se establezca la civilización del amor”

Durante el Ángelus del 1º de junio de l984 San Juan Pablo II dijo: “la síntesis de todos los misterios ocultos en el Corazón del Hijo de Dios: amor solícito, amor satisfactorio, amor vivificante"

“SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO”

fest inmaculado 16.jpg

El Corazón Inmaculado de María 

Ésta fiesta está íntimamente vinculada con la del Sagrado Corazón de Jesús, la cual se celebra el día anterior, viernes. Ambas fiestas se celebran, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo de Corpus Christi. Los Corazones de Jesús y de María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad desde el momento de la Encarnación. La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de María. Por eso nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María.

La fiesta del Corazón Inmaculado de María fue oficialmente establecida en toda la Iglesia por S. S. Pío XII, el 4 de mayo de 1944, para obtener por medio de la intercesión de María "la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes". Esta fiesta se celebra en la Iglesia todos los años el sábado siguiente al segundo domingo después Pentecostés.

Después de su entrada a los cielos, el Corazón de María sigue ejerciendo a favor nuestro su amorosa intercesión. El amor de su corazón se dirige primero a Dios y a su Hijo Jesús, pero se extiende también con solicitud maternal sobre todo el género humano que Jesús le confió al morir; y así la alabamos por la santidad de su Inmaculado Corazón y le solicitamos su ayuda maternal en nuestro camino a su Hijo.

Una práctica que hoy en día forma parte integral de la devoción al Corazón de María, es la Devoción a los Cinco Primeros Sábados. En diciembre de 1925, la Virgen se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima y le dijo: "Yo prometo asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen la tercera parte del Rosario, con intención de darme reparación". Junto con la devoción a los nueve Primeros Viernes de Mes, ésta es una de las devociones más conocidas entre el pueblo creyente.

San Juan Pablo II declaró que la conmemoración del Inmaculado Corazón de María, será de naturaleza "obligatoria" y no "opcional". Es decir, por primera vez en la Iglesia, la liturgia para esta celebración debe de realizarse en todo el mundo Católico.

Entreguémonos al Corazón de María diciéndole:

"¡Llévanos a Jesús de tu mano! ¡Llévanos, Reina y Madre, hasta las profundidades de su Corazón adorable! ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!

 

TRAS INMACULADA 30.jpg

Asunción de la Santísima Virgen María

Iglesia celebra el 15 de agosto, la solemnidad de la Asunción de María a los Cielos. Es una fiesta muy importante dentro del calendario mariano. Celebramos no sólo el hecho de que su cuerpo no estuvo expuesto a la corrupción del sepulcro, sino también su triunfo sobe la muerte y su glorificación como su único hijo Jesucristo. Es un día de gran alegría para todos los cristianos. Se cumplen las palabras de la Virgen en su encuentro con el Ángel en la Anunciación: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí” Lc 1, 39-56

El triunfo de María no es sólo un hecho que se produce en un momento determinado de la historia sino algo que nos afecta profundamente a todos nosotros a lo largo de las diferentes generaciones porque ella es figura fundamental en la Iglesia. Maria nos abre el camino hacia el Cielo. Peregrinos en la tierra, ella es nuestro consuelo y esperanza. 

María Santísima llevada al cielo en cuerpo y alma

La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.

Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.

También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes.

La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento.

María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios.

En la tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza.

María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.

Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.


S. S. Pio XII, Eugenio Pachelli, el 1 de noviembre de 1950 y mediante la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus promulgó la doctrina de la Asunción de la Santísima Virgen María, como dogma de Fe católica y es el último dogma que la Iglesia Católica ha definido hasta hoy.

NombreMaria_12Septiembre.jpg

Santísimo Nombre de María

Según costumbre de los judíos, ocho días después del nacimiento de la Virgen, sus padres le impusieron el nombre de Myriam, en español María. La liturgia, que ha fijado algunos días después de Navidad la fiesta del santo nombre de Jesús, ha querido instituir también la fiesta del santo nombre de María poco después de su Natividad. Celebrada primero en España, esta fiesta fue extendida a toda la Iglesia por el S. S. Inocencio XI, en 1683, para agradecer a María la victoria que acababa de ganar Juan Sobieski, rey de Polonia, contra los turcos, que asediaban a Viena y amenazaban a Occidente.

El nombre hebreo de María, en latín Domina, significa Señora o Soberana; y eso es ella en realidad por la autoridad misma de su Hijo, soberano Señor de todo el universo. Gocémonos en llamar a María Nuestra Señora, como llamamos a Jesús Nuestro Señor; pronunciar su nombre es afirmar su poder, implorar su ayuda y ponernos bajo su maternal y santa protección.

Festividad, 12 de septiembre

fest 17 ransfiguracion.jpg

Transfiguración del Señor 

Esta fiesta recuerda la escena en que Jesús, en la cima del monte Tabor, se apareció vestido de gloria, hablando con Moisés y Elías ante sus tres discípulos preferidos, Pedro, Juan y Santiago.

Unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve, y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén. Jesús había anunciado a los suyos la inminencia de su Pasión y los sufrimientos que había de padecer a manos de los judíos y de los gentiles. Y los exhortó a que le siguieran por el camino de la cruz y del sacrificio. Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10.

En seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo"

A las personas que rezan con fervor, la oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.


En el Antiguo Testamento, Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.

Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo. Es su Hijo Único. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen. Verdaderamente merece nuestro amor este Redentor tan amado por su Padre que es Dios.

Se mostró “en la claridad soberana que quiso fuese visible para estos tres hombres, reflejando lo espiritual de una manera adecuada a la naturaleza humana. Pues, rodeados todavía de la carne mortal, era imposible que pudieran ver ni contemplar aquella inefable e inaccesible visión de la misma divinidad, que está reservada en la vida eterna para los limpios de corazón” San León Magno, Homilía sobre la Transfiguración, la que nos aguarda si procuramos ser fieles cada día.

Festividad 6 de agosto

 .

tras20 todos santos.jpg

Solemnidad de Todos los Santos

El primer día del mes de noviembre, la Iglesia celebra esta solemnidad en honor de todos los santos y fieles que murieron en Cristo y con Él. han sido ya glorificados en el cielo; fiesta instituida por el Papa Bonifacio IV.

 

Esta fiesta nos recuerda, los méritos de todos los cristianos, que están ya en la Casa del Padre, aunque no hayan sido canonizados ni beatificados; nos invita a pedirles su ayuda e intercesión ante el Señor; y nos estimula a seguir su ejemplo en nuestra vida cristiana.

“Dios te dice: no tengas miedo de la santidad, no tengas miedo de apuntar alto, de dejarte amar y purificar por Dios, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. Dejémonos contagiar por la santidad de Dios”. 

S. S.  Papa Francisco.

 

 

fest_21_nuestro_señor.jpg

Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo 

Celebramos una fiesta en particular: Jesucristo Rey del Universo. Que importante el creerlo, el hacerlo creer a otros contagiándolos y el conquistar nuevos corazones para Dios.

Quien es un Rey, es aquel que tiene muchas cosas, entre ellas, poder, el que está sobre los demás en cuanto a sabiduría, inteligencia, amor, caridad y el que usa ese poder y autoridad que tiene para ayudar a los demás, un Rey es aquel que tiene súbditos, es decir quienes le escuchan, le atienden y le obedecen, luego entonces existe una relación muy precisa entre el Rey y sus súbditos.

De manera semejante es la relación de Jesús con cada uno de nosotros, El es el Rey del Universo, ya que con su vida, sus obras, con su pasión, muerte y su gloriosa Resurrección, Dios le ha dado el mando sobre todo, y a querido que toda rodilla se doble ante El, en el cielo en lo alto y abajo en lo profundo y que toda lengua declare que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Creer en El; Dice la Sagrada Escritura bendito quien declare con su boca que cree en Jesús porque es creer en Dios y en quien El envió al mundo para salvarnos, es decir, necesitamos creer con nuestra mente, corazón y proclamar que Jesucristo es el Hijo bendito de Dios y hacer que muchos más crean en El por la calidad de vida cristiana que llevan.

Conquistar otros corazones; en nuestra vida, las experiencias que nos han dejado huella por la grandeza en si mismas, nos hacen hablar de ellas, practicarlas, y hacer que otros las vivan es lo mismo con Jesús, el conocerlo, amarlo y servirlo es mas que motivo para llenarnos de su amor, comprensión, caridad que nos mueve a que otros también le conozcan le amen, le sirvan y proclamen junto con nosotros que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Amemos cada día más a Jesús, conozcámoslo más a través de su palabra que es vida, alimentémonos con la Santa Eucaristía y demos a ver con nuestra vida, lo que creemos con el corazón. Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.

¡¡¡Muchas Felicidades Jesucristo!!!.

Autoría: Padre Eugenio García Siller, O.S.B.

bottom of page